Crisis, estrategia y actitud
El efecto paralizante de la crisis provoca en empresas y personas un proceso parecido al del duelo psicológico. En una primera etapa, la negación, «esto no puede estar pasándome a mí». En la segunda fase el hundimiento, el desinterés, como si no se pudiera hacer nada para mejorar la situación. En la tercera, la aceptación y el afrontamiento constructivo del problema.
La dificultad de superar esta crisis frente a otras anteriores estriba en el cambio de paradigma, de las reglas del juego. Quizá España necesite un nuevo modelo de crecimiento económico, de la misma manera que las empresas necesitan un nuevo modelo de negocio y las personas unas nuevas competencias (ésas que busca Alemania en las 800.000 personas que pretende contratar). Si las reglas del juego han cambiado, salir de la crisis sólo con ajustes económicos será insuficiente.
Hasta que no se acepte que quizá lo que era negocio antes ya no volverá a serlo. O una persona no vuelva a poder trabajar en su ocupación de los últimos años. No se estará en la disposición mental para abordar un proceso de cambio eficaz.
En esa reflexión estratégica, países, empresas y personas deben encontrar la forma en que pueden ser más competitivos (conseguir en los mercados internacionales el mayor valor por hora trabajada). Identificar las competencias necesarias para conseguirlo. Y alinear a sus Recursos Humanos con esta nueva estrategia a través del desarrollo de estas nuevas competencias.
Después de todo, quizá uno de los mejores indicadores actuales del valor de la deuda española dentro de cuarenta años sea el índice de fracaso escolar…
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