Gestión del talento, ¿moda o ventaja competitiva?
El término talento siempre me ha parecido muy contundente. Cualquiera que haya estado en la Capilla Sixtina, abstraído del murmullo y observando los frescos de la bóveda, habrá sido capaz de «sentir» el talento del Miguel Ángel. Doscientos años antes Giotto desarrolló la técnica de la perspectiva. ¿Cómo? Donde otros miraban él era capaz de VER.
Fuera del arte, con este mismo talento para VER, Eratóstenes calculó la circunferencia de la Tierra con un error inferior al 1%. Interesante, teniendo en cuenta que lo hizo armado de unos cuantos palos y cuerdas hace más de 2.200 años… Eratóstenes había leído en un papiro de la biblioteca de Alejandría un curioso relato. En el solsticio de verano, en Siena, al sur de Egipto, los rayos del sol iluminaban a mediodía el fondo de un pozo que el resto del año permanecía en penumbra. En ese momento, las columnas del templo no proyectaban ninguna sombra. Este fenómeno, insignificante cuando sólo se mira le hizo preguntarse a Eratóstenes si el mismo día a la misma hora, a 800kms al norte, en Alejandría, una columna proyectaría algún tipo de sombra. La respuesta fue afirmativa. Pero, ¿cómo podía al mismo tiempo una columna proyectar una sombra alargada en Alejandría y no proyectar ninguna sombra en Siena? Solo había una respuesta posible, la Tierra debía ser redonda.
No fue hasta finales de los 90 cuando se empezó a hablar de la gestión del talento en las organizaciones. Más de 20 años después, algunos directivos confiesan (en privado) que incluyen el talento entre sus competencias estratégicas y la gestión del talento como centro de sus prácticas de RR. HH. porque «está de moda». Centrados exclusivamente en el talento directivo, la «guerra por el talento» pone el foco de atención en directivos con el don de convertir en oro la empresa que tocan. En 2009, cuando Steve Jobs anunció que estaba afectado por una grave enfermedad, las acciones de Apple se depreciaron un 10%. En enero de este año, cuando anunció una nueva retirada temporal el valor bajó más de un 7% en cuestión de minutos.
Este Eratóstenes moderno ha conseguido desarrollar en la compañía de la manzana una estrategia de océano azul. Desmarcándose de la competencia, Jobs VIO donde la competencia miraba. El resultado es que frente a las personas que tienen un teléfono o smartphone, los clientes de Apple tienen un Iphone (con funciones muy similares). Apple se ha convertido en una lovemark. Seguramente esto está detrás de la venta de más de un millón! de Ipad2 en su primer fin de semana a la venta.
¿Cómo nos iría si cada empresa tuviera un Steve Jobs en su plantilla?
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