Pasar el testigo en la Empresa Familiar
Decía Cervantes que retirarse no es huir. De hecho, una aspiración natural en la Empresa familiar es que la siguiente generación continúe y engrandezca la empresa. Ver cómo los hijos hacen suyo el proyecto empresarial es el sueño de muchos padres empresarios. Entonces, ¿por qué a veces cuesta tanto retirarse?
Cuando el retiro está lejos es frecuente escuchar «no te preocupes, a mí no me veréis ni en pintura». Pero cuando llega el momento la cosa cambia. «Mis hijos todavía no están preparados» o «no es el momento adecuado» están entre los motivos más escuchados. La duda que surge inmediatamente es: ¿cuándo se está totalmente preparado? ¿cuándo es un buen momento?
En 1995, el profesor del IESE Miguel Ángel Gallo hizo un estudio interesante sobre la edad a la que el empresario creía que debería retirarse. El 14% señaló que lo haría antes de los 55 años; el 14% entre los 55 y los 65; el 11% después de los 65; el 12% NS/NC y el 49% NUNCA, huelgan comentarios.
En estos casos, más que una sucesión lo que se produce es un asalto al poder. Asumir que no se va a estar ahí siempre no es fácil, pero forma parte de la vida. Nada dura eternamente. Preparar a la siguiente generación forma parte del trabajo del empresario familiar.
El modelo de liderazgo situacional aporta una perspectiva interesante sobre esto. Esta teoría sugiere que el líder debe emplear un estilo directivo diferente en función del grado de madurez de sus colaboradores. Por otro lado, un liderazgo efectivo es aquel que hace crecer a los demás. Algo así como liderar líderes. Un estilo de liderazgo basado en el empowerment, literalmente «dar poder». Es decir, frente a una visión carismática del liderazgo, un buen líder familiar debería adaptar su estilo de dirección a sus sucesores y hacerlos madurar. Solo así es posible que una empresa trascienda a su fundador.Estos cuatro estilos de liderazgo (E1, E2, E3, E4) se corresponden con cuatro etapas de madurez (M1, M2, M3, M4). Así, el empresario familiar debe adecuar su Estilo de dirección al grado de Madurez de sus sucesores, haciéndolos crecer desde M1 hasta M4. Sólo cuando se ha asegurado de que su sucesor está en M4 puede retirarse. El problema es que algunos empresarios se consideran imprescindibles y tratan a sus sucesores como M1 hasta el día anterior al relevo. En estos casos, la falta de preparación del sucesor puede poner el jaque a la organización, aunque la culpa no ha sido suya, sino del predecesor.
En conclusión, la sucesión no es un hecho que ocurre de un día para otro. El proceso de sucesión empezó cuando el sucesor era un niño y debe entenderse como un viaje, siempre en gerundio, siempre en marcha.
En este vídeo, Mariano Puig comenta como su padre, el fundador de la empresa de cosmética Puig, ilustraba la misión del empresario «En la vida hay cinco etapas importantes: aprender a hacer, hacer, enseñar a hacer, hacer hacer y finalmente, dejar hacer». Qué bien suena y que difícil es hacerlo…
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